27 de mayo de 2011

La frustración y el mal menor II


En un post anterior ensayaba la aplicación del planteamiento de Lewin al balotaje presidencial peruano. Ahora ensayo con otra teoría: the prospect theory (la teoría de las perspectivas)

Daniel Kanheman y Amos Tversky plantearon la teoría de las perspectivas (ojo, no confundir con prospectiva) para describir cómo las personas toman decisiones en donde deber decidir entre alternativas que involucren un determinado (y variable) grado de riesgo.

La teoría, enfocada a la economía (lo que, en parte, le valió en Nobel de Economía a Kanheman) tiene esencialmente implicancias psicológicas, este trabajo es parte de la perspectiva académica conocida como "economía conductual"

Por ejemplo: No es lo mismo invertir S/.3 en comprar una opción de La Tinka que invertir S/.1000 en acciones en la bolsa de valores de Lima: la sensación de riesgo es mayor mientras mayor sea el monto invertido, a pesar que las probabilidades de ganancia son muchísimo mayores invirtiendo en la bolsa que jugando La Tinka.

Por otro lado, la perspectiva personal sobre el "valor" de un bien es relativa a cada individuo, claros ejemplos de esto los encontramos en las subastas para coleccionistas, donde los objetos a subastar obtienen un valor muchísimo mayor del que realmente tienen (y donde la gente se arriega a pagar mucho dinero pues sienten que la ganancia de obtener el objeto justifica el gasto).

La teoría plantea el "status quo" para referir a la negativa de las personas para optar por una alternativa que plantea mejoras a la situación actual (lo que implicaría abandonar ésta última)

Ahora "la teoría de la perspectiva predice que la aversión al riesgo está en el dominio de las ganancias; y, la búsqueda del riesgo está en el dominio de las pérdidas" esto define claramente lo que muchos describen como el conservadurismo de la derecha (que evita el cambio de sistema económico pues actualmente obtienen beneficios del mismo) y la exigencia de cambio de "los marginados del modelo" (que se arriesgan con una -supuesta- propuesta antisistema porque actualmente no sienten el beneficio del crecimiento económico del país)

Esto puede explicar por qué se opta por una propuesta que rompa el sistema actual, porque aparentemente no hay nada que perder, ya que actualmente los beneficios económicos producto de políticas de libre mercado no resultan en mejoras concretas para ese sector de la población; y si con el cambio de sistema tampoco les reporte mejoras, su situación no habrá cambiado, pero tampoco empeorado: he aquí el "empujón" para arriesgarse a ese cambio, porque, en el peor de los casos, para ellos no cambiará nada.

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