8 de marzo de 2011

Las mujeres y la historia


Leo un interesante post sobre la búsqueda histórica del origen del Día Internacional de la Mujer (DIM).

Los nacidos a partir de la segunda mitad del siglo XX  crecimos con la idea de que el DIM nació por conmemoración a la lucha de un grupo de mujeres por sus derechos laborales y que murieron en un incendio provocado en la fábrica donde realizaban la protesta.

La revolución perfecta es aquella en la que su líder se hace mártir, pero también funciona con un líder que sepa explotar el efecto de otro mártires para su causa.

En otras palabras, exagerar un poquito resulta bastante rentable; jugar con las inexactitudes puede rendir mayores frutos: maquiavelismo leve, total es por una buena causa.

Reneé Côté publicó en 1984 "La Journée internationale des femmes" 240 páginas que, reconstruyendo el contexto histórico y político de ese entonces, postula que el origen del DIM fue un asunto tergiversado (con conocimiento de causa o no)

Esto me lleva a pensar que el discurso político no pretende ser objetivo, siempre tiende a los extremos para llamar la atención, bien sea minimizando información que pudiera perjudicar "la causa" y, también, maximizando hechos para alentarla.

Estoy convencido que, mientras se expogan los hechos sin exagerar, las reacciones (positivas o negativas) también carecerán de exageración. Porque victimizar un asunto implica el reconocimiento de una posición de debilidad frente al otro aunque lo que se busque sea lograr equidad.

NOTA: Buen artículo sobre el tema

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