El 17 de diciembre de 1999 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 25 de noviembre "día internacional de la eliminación de la Violencia contra la Mujer" (1)
El fin de esta conmemoración es sensibilizar a la opinión pública respecto al problema de la violencia contra la mujer.
¿Por qué se escogió el 25 de noviembre? Pues porque el 25 de noviembre de 1960 el gobernante de República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo, ordenó el asesinato de Minerva, Patria y María Teresa Mirabal (las hermanas Mirabal) activistas políticas de ese país y opositoras a él.
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En Perú, se viene desarrollando (entre otras actividades) el VPerú donde se revelará: "... la fuerza y el valor de las mujeres y niñas peruanas, realizando sus cualidades y talentos a través de una semana de actividades que incluirán teatro, música, danza, talleres, arte y conversatorios"
Los medios también cubren el tema
El Comercio "Han sido asesinadas 207 mujeres de enero a octubre"
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Una de las cosas que me llaman mi atención en este tipo de conmemoraciones es la delgada línea en el efecto mediático producido por la información que suele manejarse.
Para el tema de la violencia hacia la mujer, suele recurrirse a la estadística de denuncias por maltrato físico o psicológico, se nos recuerda la cantidad de mujeres muertas producto de la violencia de pareja o familiar (ancianas asesinadas por sus hijos o nietos) esto sumado a los informes que nos hacen notar la impunidad otorgada a los agresores.
Lo que quiero decir es que la forma en que se nos muestra la información puede generar indefensión, es tan abrumadora la realidad que, en lugar de orientarnos a la acción, podemos caer en la contemplación simplemente (mucho silencio por ser la denuncia "algo inútil" y mucha tolerancia por ser algo "tan común"). Poder + impunidad es una fórmula psicóticamente atractiva.
En conclusión, creo que la estrategia comunicacional -si bien de noble intención- no estaría generando el efecto deseado.
Creo firmemente que el mensaje antiviolencia debe estar enfocado en los jóvenes, presentando a los maltratadores como una indeseable minoría; la agresión presentada como debilidad e infelicidad. El asunto es despertar la idea de que la agresión no es sinónimo de poder y ventaja; al contrario, debe ser sinónimo de debilidad, exclusión y sanción.
“La obra perfecta de la agresividad es conseguir que la víctima admire al verdugo.”
Victoria Sau, psicóloga
“La obra perfecta de la agresividad es conseguir que la víctima admire al verdugo.”
Victoria Sau, psicóloga
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