1 de julio de 2010

La Autoevaluación en concreto (1)


Con los pocos años que tiene funcionando el sistema de certificación y acreditación de la calidad universitaria en Perú, el primer paso para su instauración ha sido eminentemente informativo, para luego dar paso a la formación de los involucrados y la operativización de los procesos.



Como parte del equipo de la Dirección de Investigación y Calidad Universitaria (DGICU) de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) tuve el privilegio de participar en el proceso de capacitación docente a nivel nacional.

Si bien, con lo avanzando hasta ahora, los resultados han sido positivos, la mayoría de docentes universitarios aún ven el aseguramiento de la calidad como un proceso distante, difícil e inútil (tanto para ellos como para la sociedad en general)

Parece que hay un error de enfoque al abordar la operativización del proceso de mejora contínua y de acreditación, por lo que la estrategia debe centrarse en quebrar los paradigmas organizacionales que obstaculizan la iniciativa y la acción. La calidad no es asunto contemplativo, es actividad.

Cuestiones a tomar en cuenta:

- El paradigma de la autoridad perversa / inepta
"Al Rector no le interesa la acreditación" "El Decano no apoya a la comisión de calidad" "A las autoridades no les conviene iniciar un proceso de autoevaluación porque saldría a la luz los malos manejos que realizan"... son algunos argumentos que tiñen de pesimismo a los docentes. La responsabilidad de la institución no recae solamente en las autoridades, es compartida por toda la comunidad universitaria, los cambios más productivos se producen cuando la mayoría se involucra en acciones buscando romper el mito de la imposibilidad.


- Los canales de comunicación no funcionan
La mayoría de los docentes conocen los problemas por los que atraviesa su institución, pero se limitan a comentarlos en pequeños y aislados grupos. Las quejas al aire difícilmente solucionan las cosas.
Por otro lado, cuando se conoce el procedimiento para comunicar una queja a la instancia pertinente, es ésta la que no muestra respuesta, este hecho en vez de fortalecer al demandante, lo desesperanza. Los logros vienen precedidos de perseverancia.


- Las normas, procedimientos y funciones se desconocen
¿Conoce usted el organigrama de su facultad? ¿Sabe si su Departamento Académico cuenta con un reglamento docente? ¿Ha leído MOF o el ROF de su Escuela? Parte de la inoperancia de las autoridades y funcionarios es que no saben exactamente lo que deben hacer, cuáles son sus responsabilidad, qué nivel de autonomía tienen, hasta dónde alcanzan sus funciones. Muchos docentes ocupan cargos administrativos sin estar capacitados para ello, la gestión entonces se realiza por sentido común demandando mayor esfuerzo de parte de los involucrados. Mientras más conocemos de un tema, más fácil se nos hace la tarea por realizar.


- No se consideran referentes externos
Cuando se "empieza de cero" la estrategia más productiva es tomar un referente para estudiarlo y comparar aspectos comunes. Negar o ignorar lo avanzado por otros implica construir lo que ya se ha construido, además del riesgo de cometer errores para los cuales ya existe previsión



Dice la lógica que para lograr comunicación efectiva hay que conocer bastante bien al público, ergo, es el maestro quien se adapta a las cualidades -o defectos- del estudiante. Dice la pedagogía que la enseñanza debe buscar la transformación del aprendiz: sacarlo de la modorra, eliminar ideas de incapacidad y contagiar pasión por lo aprendido.

El éxito de la implantación del sistema de calidad universitario peruano radica en vencer esta aparente contradicción.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El mal que aqueja a la universidad peruana es estructural y sistémico. En general, las autoridades, debido a su mediocridad y a cómo llegaron al poder, jamás van a apoyar , de propia voluntad, los procesos de acreditación pues éstos involucran una evaluación y se manifiesta el temor que señalas en tus comentarios.La carrera docente universitaria estuvo bien planteada en la Ley. Para llegar a ser profesor principal y consecuentemente autoridad, había que tener buena formación académica en el campo de su profesión. Lamentablemente "hecha la ley hecha la trampa"la gran mayoría de docentes fueron promovidos a profesor principal "por excepción" eludiendo la exigencia de grado académico avanzado y de allí accedieron a los cargos directivos y de autoridad universitaria. Posteriormente una buena parte de ellos han "regularizado" su situación a través de las "Maestrías y Doctorados chicha"; quien sabe si ya los tenemos en los órganos operadores del SINEACE, habría que ver el historial de cada uno.

Richard Torchiani dijo...

De acuerdo con usted, ha sintetizado efectivamente el problema.

Hace falta regulación, la pregunta es:

¿Quiénes debe regular el sistema?

Anónimo dijo...

Recuerdo hace un par de semanas, me enganché en tv cable del congreso de la república un debate y mesa redonda sobre el tema: crisis en las universidades del Perú. Fue arduamente criticado SINEACE y CONEAU, un punto importante que me parece acertado es que estas comisiones hasta el momento solo han hecho un copy paste de estandares de calidad de instituciones internacionales acreditadoras. La discusión no era estar en contra de esto pues debido al famoso Benchmarking pues se puede copiar lo bueno. Pero señores nuestra realidad es otra por Dios!! como pretendemos acreditar a nuestras universidades si todo el sistema universitario de los que ellas son parte esta mal establecido, mal definido. La ANR también no escapó de las criticas, es más dicen que deberia desaparecer!!! porque no tiene ni voz, ni voto ante las universidades institucionalizadas y ni que decir del famoso CONAFU. Realmente necesitamos un cambio de raíz!!!

Richard Torchiani dijo...

De acuerdo, necesitamos cambiar pero ¿qué cambiamos?

El éxito o fracaso de una institución radica en el desempeño de sus miembros.

Creo que la ANR no debe desaparecer, pues estaríamos eliminando el único medio de coordinación nacional del sistema universitario. Otro cantar es evaluar el desempeño de sus miembros y mantener sólo a quienes cumplen eficazmente con su labor.

Sobre CONEAU es natural que tome como base lo ya trabajado por las largas experiencias extranjeras. Una vez funcionando el sistema de acreditación se espera que sean las mismas universidades las que regulen los mecanismos y alimenten al CONEAU para adaptar algunos procedimientos.

Sobre CONAFU, la normativa del SINEACE dice lo que se debe hacer con él, el asunto es que aún no se hace.