2 de febrero de 2009

(2) eL (mal) olor del Mar

Cuatro dias despues del Lima-Juliaca-Puno-Juliaca-Lima, me "enbarcaba" por via terrestre a la ciudad de Chimbote


Los estragos de la altura habian quedado atras, ahora me preocupaba el hecho de viajar durante 6 horas (segun lo que estimaban los encargados del servicio) y llegar con una hora para acomodar el equipaje, el rito de acicalamiento, desayunar y empalmar la jornada academica.


Viajar a la medianoche menos quince minutos no esta dentro de mi plan ideal de viaje, pero las decisiones no corrian por mi cuenta en esta ocasion.


Luego del control minimalista de un terrapuerto, accedimos al bus, segundo piso (hubiera preferido el primero) en el centro del bus, derecha, al lado de la ventana.

En los dia anteriores al viaje, por diversos factores, habia cambiado mis habitos en vigilia: dormia a partir de 3am, por lo que no fue novedad quedarme despierto viendo la pelicula que decidieron colocar a pesar de las no tan ruidosas quejas de algunos pasajeros. Al final me diverti con algunos pasajes de la peli (a chompa definitivamente le hubiera gustado)


Tras varios esfuerzos por caer en sueño, el calor no ayudaba, logre desconectame para despertar ya entrando en la ciudad, tal y como habia predicho, con significativo retraso (una hora con cuarentaicinco minutos) lo que significaba, menos tiempo para llegar al hotel y estar listo para llegar a la universidad.


Para tranquilidad de los asistentes (pero apuro para nosotros) logramos llegar a tiempo e iniciamos la jornada. Fuera de los detalles tecnicos del trabajo, varios aspectos de la gestion de la universidad me llamaron la atencion: inversion en infraestructura y tecnologia, logistica adecuada para lo objetivos de la actividad a realizar, facilidad para la toma de decisiones. Asuntos que, en parte, son las metas a conseguir a partir del trabajo que realizamos en las capacitaciones. Es decir, el mensaje fue escuchado y puesto en practica, aunque siempre el factor humano es sujeto de errores, aun hay mucho por trabajar en esta area.


En el primer descanso de la jornada pude percatarme que el caracteristica olor de la ciudad no era notorio en la zona en la que estabamos, o que en verdad era tan ligero que rapidamente nos habiamos habituado.


Al final de la jornada del dia, retorne al hotel y, con mas tiempo disponible, pude prestar atencion a su arquitectura (bastante antigua) con los techos altisimos y las esquinas suavizadas, paredes enimentemente blancas y piso gris, puertas de madera con tallado simple, ventanas de marco grueso, cuadriculas de madera blanca tambien, el clásico destapador en el marco de la puerta; todo encima de una marcada sensación de calor.


Particular vista en el "malecón", pequeños barcos de pesca anclados en una especie de bahía cerrada naturalmente por rocas, la brisa que se convierte en viento y el "fresco" obliga a retornar al hotel, no sin antes fijar la vista en el extraño arco que une el malecón con el parque, cosas que se hacen con el canon, en fin.


Terminada la jornada y luego de la pausa respectiva, partimos con bastante tiempo de anticipación hacia el terrapuerto de la ciudad, llegando a destino nos percatamos de lo afortunados que habiamos sido al estar en una zona alejada del fortísimo olor de la producción de harina de pescado, realmente inquietante. El terrapuerto reunía a varias empresas de transporte (algunas que recién conocí en ese momento) y, oh sorpresa! en medio del corredor de asientos se encontraba un ATM totalmente operativo (y en el aeropuerto internacional de Juliaca?) por supuesto que notamos la ironía del caso.
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