29 de marzo de 2009

D'onofrio no aprende la leccion



Una pequeña reseña de "la montaña rusa" de la oferta D'onofrio

El 25 de marzo recibí un e-mail con el poster digital de la promoción de D'onofrio (empresa peruana comprada hace varios años por la multinacional Nestle) que versaba "Todos los helados en triciclos a un nuevo sol, los días viernes 27 y sábado 28"

Yo, experimentado consumidor de publicidad, inmediatamente busqué en el poster esas pequeñísimas letras ubicadas de manera vertical a un costado del encuadre, aquellas letras que normalmente condicionan todas promociones que hace cualquier empresa. Al no encontrarlas, busqué en la web de D'onofrio y tampoco hallé las dichosas, aún incrédulo por experiencia, no podía concebir la idea de que un helado puede venderse con un descuento de HASTA (famosa palabra utlizada junto con el DESDE en las promociones) 80% así que con todos los antecedentes me preparé para aprovechar la promocion el fin de semana.

(1) Suponía -lógicamente- que la promoción debería tener algunas restricciones, pero no sabía cuáles, además yo, asiduo consumidor de helados, tenía la mala experiencia de haber lidiado con vendedores que abusan con los sobreprecios y la ley de oferta y demanda (aquellos que pretenden cobrar "un poquito" más del precio sugerido) sabía entonces que era muy posible toparse con alguno de estos vendedores que seguramente tergiversarían la promoción.

(2) Lógico era el afán popular de sacar el máximo provecho a una situación, en este caso la promoción de helados, tratando de comprar aquellos más caros (que no siempre son los más ricos)

Y mucho más lógico era suponer que de toparse (1) y (2) las consecuencias serían nefastas, tal y como sucedió en algunos lugares de la capital.

El viernes salí de la oficina temprano para hacer una diligencia, en el paradero (surco) vi un par de triciclos atiborrados de personas, me trasladé a La Victoria y luego a Santa Beatriz donde también vi la misma figura, finalmente estuve por la biblioteca nacional y encontré tres triciclos que llegaron a las esquinas aledañas que inmediatamente fueron alcanzados por varias personas -incluido yo, con la curiosidad del caso- comprobé que, dada la hora (4:30pm) las posibilidades de encontrar un helado "caro" eras bajísimas, alcancé uno "no tan caro" pagando el importe mencionado en la promoción, con el gusto civilizadamente satisfecho seguí mi rumbo, dejando atrás a los triciclos con poquísimo stock y a las personas que se acercaban a consultar lo mismo que yo había consultado hace minutos.

Hoy domingo, leo en facebook campañas de protesta contra D'onofrio y una masiva adherencia a las mismas, lo cual no me sorprende.

Por momentos recordé las imágenes de los triciclos rodeados de personas buscando comprar helados y me pareció muy similar a las mañanas en las que transito en el paradero esperando las combis que van por la panamericana sur-evitamiento: la pugna individual entre pares con la misma intención.

Por cuestiones culturales, nuestra sociedad maneja en el colectivo voliciones muy influenciadas por los afectos, dando como resultado un comportamiento voluble y con mayor probabilidad de movilizar a los individuos.

Luego de este raudo análisis concluyo este post manifestando mi discrepancia con las críticas sobre la promoción de D'onofrio. estoy convencido que un análisis más calmo de la situación distribuirá las responsabilidades entre quienes corresponda (consumidores inclusive)

- D'onofrio: encontrar una forma de evitar las "sacadas de vuelta" que propinan algunos de sus vendedores

- Vendedores: sean justos, no se "recurseen" en desmedro de la moral

-Consumidores: seamos precavidos y no caigamos en "inocentes" lecturas de las promociones (siempre lean las letras pequeñas, aunque suene tonto recomendarlo) no tratemos de "exprimir" las ventajas que nos otorgan (que siempre son mínimas)

Atentamente
Richard Torchiani G
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