31 de enero de 2010

El extraño caso del comunicador Bayly y el candidato Bayle




He cavilado mucho escribir sobre el tema, pero a estas alturas del partido puedo asegurar que las líneas que prosiguen a este párrafo son producto de la cautela más que de algún órgano visceral (como en muchas otras opiniones y/o comentarios en la nube).



Tengo referencias de Jaime Bayly, como espectador, desde los noventa (bastante mozo era yo, pero indirectamente proporcional en "madurez") con sus entrevistas políticas y luego las faranduleras (fue por él que supe de la existencia de Coco Marusix, aprendí el término "travesti" y otras cuitas)

Desde aquella época el -otrora- "niño terrible" me pareció inteligente, agudo y creativo como pocos en el mediocre espectro televisivo peruano.

Fue a inicios del 2000, yo iniciando la universidad y el país experimentando la caída de las dictaduras y el auge de la transitoriedad, que Jaime retornaba al Perú con fuerza gracias a "El Francotirador" al cual me enganché con nostálgica expectativa.

Memorables entrevistas, sobre todo una: la paliza mediática que el rebautizado "tío terrible" le propinó a José Luis Risco. Un éxito total.

Tiempo después del golazo que resultó el programa (que devino en su continuidad post-elecciones) Jaime publicó un libro sobre la experiencia (recuerdo que vino por entregas con el diario "Ojo" y que no pude completar por falta de disciplina adquisitiva) donde narraba el suceso con Risco, confesando que la idea fue tomada de un programa (cuyo nombre pondría en este escrito si venciera la flojera y la alergia para bucear por mi archivador de papeles universitarios donde deben andar las pocas entregas de "El Francotirador" que logré comprar) o sea, no fue algo original o innovador: ahí se me empezó a caer Jaimito.

Ahora, han cruzado bajo el puente la campaña del "voto blanco" junto con Alvarito Vargas LLosa, las indagaciones de Zaraí Toledo, el gobierno de su posteriormente demostrado padre Alejandro Toledo, la contienda electoral del 2006 y la campaña del voto por el "mal menor" la sistemática negación de Alan García y algunas entrevistas memorables he de confesar que veo a Jaime con una nube de lástima, como cuando vi a un estoico Estudiantes de La Plata sucumbir en tiempo suplementario ante el "campeón infinito" Barcelona por el mundial de clubes 2009.

Y es que hacer de tu vida una ficción y viceversa, tarde o temprano te pasa la factura.

Ahora Bayly coquetea en el limbo de lo que podría llamar (burdamente y con el perdón de Gabo) real-maravilloso, de haber creado sin querer queriendo a Bayle, el aspirante a candidato presidencial, ahora en la medida que su travesura mediática va tomando fuerza, la idea de Jaimito de calzarse los zapatos de Bayle en la contienda electoral puede ser una jugada maestra y revolucionaria para que el comunicador haga lo que mejor sabe hacer: poner en aprietos, ridiculizar, tontear, cojudear y desnudar a los políticos de nuestro autogolpeado país.

Genial idea, hasta que leyendo a Marco en su columna de Peru21 caigo en cuenta que en el 2000 (mientras Bayly iniciaba con "El Francotirador") Michael Moore hacia algo parecido al "candidatear" a un ficu. Si en el 2000 Jaime "tomó" la idea del extranjero para vapulear a Risco (que fue una travesura a pequeña escala) ahora probablemente haya tomado la idea de Moore pensando a gran escala.

Quizá la idea ya la tenía mucho antes, pero no se haya atrevido a ejecutarla en el 2006 por la simpatía por Lourdes y la posibilidad de su victoria y, luego, por el temor de la segunda vuelta y la posibilidad de un gobierno "nacionalista"

Ahora el panorama electoral se muestra, digamos, más tranquilo (hasta ahora eso parece) con Humala venido a menos gracias a los "desaciertos" de sus congresistas cocaleras, el "mataperro" y demás, hasta su mujer y los envidiables ingresos por asesoría. Lourdes con renovada figura física pero cargando las derrotas pasadas ahora ve de reojo la candidatura a la alcaldía de Lima. Castañeda esperanzado en que el caos por las obras viales en Lima no salpique la intención de voto del resto del país. Y la gente del APRA llegará sumamente desgatada al próximo año.

Aún hay mucho tiempo por correr, Bayly tiene espacio para meditar, tiene dos opciones: o hace gala de autocontrol y mesura para "enterrar" al candidato Bayle, o sucumbe el comunicador ante el clamor popular y antisistema.

A fin de cuentas, democracia es libertad y los candidatos son elegidos por los votantes, así que no se alarmen los conservadores y cucufatiences, hay espacio electoral para todos.

Sea cual sea la resolución que tome, no espera un año electoral muy interesante.

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