5 de enero de 2011

Política dinero y ética


Hoy, como cada semana desde hace un año, abordé una combi rumbo a la universidad donde trabajo. Durante el trayecto andaba "masticando" el asunto del supuesto pago hecho por Carmen Rosa Nuñez (cuya notoriedad mediática es otorgada por ser esposa de César Acuña) a Solidaridad Nacional para acceder a la plancha presidencial que lidera Luis Castañeda.



O sea que se acostumbra pagar para tentar un cargo público.

Mientras desarrollaba mi monólogo mental, un corpulento hombre vestido con terno, aunque de aseo descuidado, contestaba el celular con voz airada -imposible no caer en cuenta de su conversación- y con afán histriónico:

-Aló
-...
-Sí
-...
-Mira hermano, más tarde voy a tener una reunión con el alcalde...
-...
-Ajá... lo que necesito entonces es que me hagas un listado de toda la plata que le has dado...
-...
-Por eso, yo voy a hablar con el alcalde, pero necesito que me des la información
-...
-Sí... a ver, tu señora me dió 200 y yo se los di al alcalde, pero después ¿cuánto le diste?
-...
-Ajá, y luego le diste otra cantidad... ya, en total son 2900 más o menos
-...
-Ya hermano, me pasas la información luego para apuntarla y hablar con el alcalde
-...
-Listo, chau

Al término de la conversación -ajena- no pude evitar preguntarme ¿esos pagos serán lícitos? Inmediatamente recordé la conversación que sostuve con una amiga, cuyo tío ha sido elegido alcalde -en alguna comuna peruana que prefiero no mencionar- ella me comentaba que su tío se está ganando enemigos por querer hacer las cosas "derechas" que, incluso, algunos ex miembros de su equipo técnico (separados por él al evidenciar prácticas ilícitas) se encuentran en la búsqueda de leguleyadas para tratar de vacar el cargo de alcalde.

O sea que si alguien quiere "ir por la legal" se encontrará con gente que tratará por todos los medios de evitarlo.

Entonces recordé "All the king's men" y el actuar del personaje principal: Willie Stark (interpretado excelentemente en la versión fílmica de 2006 por Sean Penn) cuya historia generó en su momento dos preguntas que ahora saltan a escena nuevamente:

¿Es imposible luchar contra la corrupción sin utilizar sus propios mecanismos?

¿La manera más efectiva de acabar con los corruptos es maquiavelizar el propio accionar?

Y termino preguntándome si evitar participar en política (postular a un cargo público) es una forma de lavarse las manos respecto al problema o si resulta ser una sabia decisión.

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